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Acerca de

MARCO TEÓRICO

La arquitectura no se limita a la creación de estructuras físicas; se trata de un enfoque integral que busca regenerar tanto los sistemas ecológicos como los sociales. Concibo los edificios como dispositivos que deben generar relaciones profundas con la ciudad y las comunidades, no solo como objetos habitables. El propósito es diseñar espacios que contribuyan activamente a la regeneración de las comunidades y el entorno. Este enfoque responde a la necesidad urgente de transformar cómo habitamos y utilizamos nuestro entorno en un contexto global marcado por crisis ambientales y sociales.

La regeneración va más allá de la sostenibilidad. Implica un proceso continuo de revitalización y restauración de los sistemas vivos que nos rodean, tanto ecológicos como humanos. En el mundo contemporáneo, donde enfrentamos la degradación ambiental y la desigualdad social, la arquitectura tiene un papel fundamental en promover el bienestar, la equidad y la resiliencia. Creo firmemente que los proyectos arquitectónicos no solo deben minimizar su impacto negativo, sino también generar beneficios tangibles y duraderos para las comunidades y los ecosistemas.

Al profundizar en las teorías de Bill Reed, este enfoque regenerativo adquiere una dimensión más holística. Reed propone que la regeneración no se trata solo de mantener los sistemas existentes, sino de revitalizarlos, restaurando su capacidad para evolucionar y sostenerse a largo plazo. Este principio resuena profundamente en mi trabajo. La arquitectura debe entenderse como parte de un sistema vivo que, al ser diseñado, restaura y mejora su entorno natural y social. En lugar de solo preservar, la regeneración implica una transformación que devuelve vitalidad a los ecosistemas y a las comunidades.

Uno de los pilares fundamentales de mi práctica, inspirado por las ideas de Reed, es la Triada de Function, Being y Will(Función, Ser y Voluntad), un marco esencial para concebir proyectos desde una visión regenerativa.

  • Función: En lugar de limitarse a satisfacer necesidades funcionales inmediatas, la función de un edificio se extiende a cómo este contribuye al bienestar ecológico y social en el tiempo. Un proyecto arquitectónico debe estar profundamente arraigado en el contexto en el que se inserta, promoviendo la eficiencia energética, restaurando la biodiversidad y creando espacios que respondan a la comunidad que los habita. Cada proyecto que realizo busca potenciar estas sinergias, como lo he hecho en proyectos como los edificios CASTILLO y CÁRDENAS en Tijuana, donde integramos soluciones que responden no solo a las necesidades habitacionales, sino también al entorno ecológico y social en el que se desarrollan.

  • Ser: El concepto de ser en la arquitectura está directamente vinculado con la experiencia humana. No se trata solo de construir espacios útiles, sino de crear ambientes que fomenten el bienestar mental, físico y emocional de las personas. Los espacios deben resonar con la identidad y el espíritu de las personas que los habitan, lo que significa que la arquitectura tiene el poder de fortalecer la cohesión social y el sentido de pertenencia. En proyectos como KUHA en Playa del Carmen, hemos creado entornos que no solo son funcionales, sino que celebran la cultura local, promoviendo una conexión más profunda entre las personas y su entorno.

  • Voluntad: La regeneración no puede tener éxito sin una voluntad colectiva. La voluntad implica el deseo activo de las comunidades por mejorar y transformar su entorno. Los procesos participativos que incluyo en cada uno de mis proyectos buscan empoderar a los habitantes para que sean co-creadores de su propio espacio. Esto crea un sentido de responsabilidad compartida que fortalece el tejido social y asegura que los cambios implementados sean sostenibles a largo plazo. Sin la voluntad de las comunidades, las soluciones regenerativas carecen de impacto duradero. Este enfoque fue crucial en el proyecto California 16 en Coyoacán, donde la participación activa de los residentes fue clave para el éxito de la reconstrucción tras los sismos de 2017.

La regeneración es un proceso dinámico y evolutivo que va más allá de la mera reducción de impactos negativos. Mi enfoque arquitectónico, basado en los principios de Bill Reed, busca transformar los proyectos en verdaderos catalizadores de cambio, donde el diseño no solo mejora el entorno físico, sino que también potencia el desarrollo social y ecológico. Cada edificio que diseño es una herramienta que contribuye a restaurar la vitalidad del lugar y de las personas, creando espacios que no solo sirven a las necesidades actuales, sino que también ayudan a las comunidades a regenerarse y prosperar en el futuro.

Este enfoque integral guía la práctica arquitectónica y permite crear soluciones que no solo son funcionales y estéticas, sino también profundamente significativas y deseadas por la comunidad. Cada proyecto se convierte en una herramienta de transformación y regeneración, fortaleciendo tanto la cohesión social como la identidad local.

Imagen cortesía de Taller 13

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La integración de los cinco capitales—natural, humano, social, financiero y manufacturado—es crucial en la práctica de A/RV. Cada uno de estos capitales proporciona una perspectiva única sobre el contexto de un lugar:

  1. Capital Natural: Se refiere a los recursos ecológicos que sustentan la vida, como el agua, el aire y la biodiversidad. A/RV busca incorporar principios de diseño que promuevan la conservación y restauración del capital natural, integrando soluciones sostenibles que respeten y potencien el entorno.

  2. Capital Humano: Implica las habilidades, conocimientos y capacidades de los individuos. A/RV promueve la capacitación y la educación de los residentes como parte del proceso de diseño, asegurando que los proyectos empoderen a las comunidades y desarrollen su capacidad de auto-gestión.

  3. Capital Social: Este capital refleja las redes de relaciones entre las personas. A/RV busca fomentar la cohesión social mediante el diseño de espacios que faciliten la interacción y el diálogo entre los miembros de la comunidad, fortaleciendo así el tejido social.

  4. Capital Financiero: Abarca los recursos económicos disponibles para el desarrollo. A/RV se esfuerza por diseñar proyectos que sean financieramente viables y que generen beneficios económicos para la comunidad, promoviendo el desarrollo local y la equidad.

  5. Capital Manufacturado: Incluye las infraestructuras y bienes construidos. A/RV se compromete a crear entornos construidos que sean funcionales y que respondan a las necesidades de la comunidad, asegurando que estos espacios sean accesibles y de calidad.

La arquitectura no debe verse como objetos aislados, sino como parte de un ecosistema más amplio. Cada proyecto de se concibe como un dispositivo que contribuye a la regeneración de las comunidades circundantes, fomentando relaciones significativas entre las personas y su entorno. Este enfoque relacional permite a A/RV crear espacios que no solo cumplen con funciones específicas, sino que también actúan como catalizadores para el cambio social y ambiental.

El trabajo refleja un compromiso profundo con la regeneración y el desarrollo de comunidades más saludables, resilientes y conectadas. Al integrar principios de diseño regenerativo y considerar los cinco capitales, se transforma la práctica arquitectónica en un proceso colaborativo y holístico que promueve el bienestar integral de las comunidades y el entorno que las sustenta. En un mundo donde los desafíos son cada vez más complejos, la arquitectura tiene el potencial de ser un agente de cambio positivo, contribuyendo a la creación de un futuro más equitativo y sostenible.

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